Esto es a lo que se dedica constantemente mi conexión de ADSL estos días (cuando no la estoy usando yo, claro):

Montones de tiempo libre

La gracia es que entre ((Donde «esto» es TVShows bajando los episodios a los que estoy «subscrito«, controlados desde TVForecast para tenerlo un poco controlado. Renombrados por TVRenamer.pl y que baja vía Torrent el Azureus, con subtítulos bajados con SubDownloader de OpenSubtitles.org y puestos en mi disco en red Synology DiskStaton DS-106j que comparte en red WiFi con XBMC (imágenes) en la XBox.)) esto ((Y esto está mucho más automatizado de lo que parece, increíblemente.)) y el PVR ((Siemens Gigaset M740AV de InOut.tv.)) mi televisión no se ha vuelto sino un visualizador de contenido. Me he vuelto totalmente independiente de horarios, publicidad o cadenas de televisión. Veo lo que quiero, cuando quiero siempre y cuando ya haya sido transmitido en algún sitio.

No te das cuenta cuánto habla la gente de publicidad y programas que supuestamente «no les gustan» hasta que dejas de «zapear«. De repente en la hora del café en la oficina no sabes de qué hablan. No sabes cuándo pasan los programas que el PVR graba solo y recibes tus noticias por Internet.

Definitivamente, si este no es el momento perfecto para definir un nuevo formato de distribución de contenido que beneficie a los usuarios entonces pasará y ya no habrá forma de rescatar la nueva mentalidad.

Como ya hemos comentado antes, los que venden y producen el contenido ((Con la intención de ganar dinero con ello, muy justificadamente.)) tienen que entender que la experiencia que ofrecen tiene que ser, por lo menos, tan buena como la que se puede obtener gratuitamente. Si no es que ni siquiera hay una batalla que librar. Cada vez más gente decide dar el paso al área de moral gris ((Y cada uno hacemos nuestras excepciones. Yo compro mis libros y mis DVDs, aunque baje mis series o películas no disponibles de otra manera. Otros ya no pagan por nada si puede evitarlo)) que implica bajarse los contenidos en vez de obtenerlos «legítimamente» ((Para un valor dado de «legítimo«.)) y evitar pagar por ellos.

«El joven de hoy en día se queda perplejo cuando entra en el ambiente decimonónico que aún caracteriza los organismos educativos; donde la información es poca pero está organizada en calendarios, temas y patrones clasificados y fragmentados.» – Marshall McLuhan ((El padre de las teorías de comunicación modernas y acuñador de las frases «La aldea global» y «El Medio es el Mensaje«. Patrón de Wired.))

Una verdad sobre un problema ya en 1967 pero todo un abismo social y educativo en 2007.

Algunos sugieren que la tecnología puede ayudarnos. Otros sugieren que solo la tecnología puede ayudarnos.

«Cuando acabe de estudiar esta carrera trabajaré en un puesto que aún no existe hoy.»

Algo con lo que siempre insisto, aquí y en otros sitios, es que los blogs activen una opción de poder subscribirse a comentarios. Hasta hace poco he pensado que eso permite mantener la discusión viva. Es lo que creía y lo que hizo que Pablo se subscribiera a una entrada ((Una entrada que por otro lado me ha parecido excelente y con la que estoy totalmente de acuerdo. Los comentarios en los que esterotipando y siendo racistas se quejan de que a España se le menosprecia racistamente estereotipando su gente me han hecho reir.))hace unos días que le ha hecho replantearse mi consejo y toda la idea de comentarios.

Independientemente de que cuando lo sugiero me hagan caso o no la realidad es que el tema tal vez de un poco más de sí.

Hará unas dos semanas que leí un comentario que, sin rodeos, declaraba que a partir del sexto comentario ya no había nada que valiera la pena y Joel Spolsky lo explicaba bien hace poco:

Cuando un blog permite comentarios justo después del escrito lo que obtiene es un varias ideas interesantes y bien estructuradas seguidas de un montón de ruido y basura anónima que nadie -nadie- diría en voz alta si tuviera que responsabilizarse de lo que dice ((When a blog allows comments right below the writer’s post, what you get is a bunch of interesting ideas, carefully constructed, followed by a long spew of noise, filth, and anonymous rubbish that nobody … nobody … would say out loud if they had to take ownership of their words)).

Y pone como ejemplo esta entrada en un blog de bienes raíces. En el comentario #6 ya empieza el ruido, en el #13 ya hay insultos directos e invitaciones al suicidio. #18 y #23 están declarando una guerra mundial que sólo es la punta del iceberg de los siguientes 100 comentarios durante tres semanas (de bienes raíces, recordemos).

Dos de los sitios que más me gusta leer, DaringFireball y Kottke, no tienen comentarios en las entradas y ambos han defendido esta postura en el pasado. Kottke incluso puede activarlos si el tema lo amerita mientras que John Gruber considera los trackbacks como comentarios. Joel Spolsky tampoco los permite pero tiene foros separados para permitir interacción y el abuelo de los blogs, xml, rss y demás DNA de Internet, Dave Winer, es un acérrimo detractor de la idea de gente que vaya y escriba en «tu casa».

La máxima que dice que el anonimato fomenta la estupidez suele ser cierta, como podemos comprobar en manifestaciones públicas o partidos deportivos. Los comentarios son simplemente una versión especializada de esto.

Si se dejan los comentarios abiertos, esperando que alguien llegue, te arriesgas a ir recogiendo basura durante meses, esperando tal vez que la cantidad compense la falta de calidad. De vez en cuando, y con mucha suerte, una discusión puede no degenerar totalmente y provocar un par de ideas interesantes o buenos sitios que no conocieras ya.

Pero, siendo objetivos, la mayoría de los comentarios dejan de ser útiles rápidamente. A veces los puedes dejar abiertos como experimento social, viendo cuánta basura irrelevante puedes recopilar pero rápidamente dejan de aportar nada realmente útil.

Así pues, ¿qué hacer? ¿Cómo se puede mejorar la proporción entre ruido y señal en los comentarios? (aparte de la obvia y perfectamente justificada acción de borrar todo lo que no sea relevante según el autor).

Probablemente una de las mejores opciones sea cerrar los comentarios automáticamente al mes de haber creado una entrada y poder hacerlo de forma selectiva. Idealmente un plugin que igual que ahora en una nueva entrada se pueden permitir o no poner una tercera opción de «permitir por 30 días» o así.

Otra opción con la que he estado experimentando es no permitir comentarios en algunos posts normales y en ninguno de los enlaces emergentes (RSS). Un punto intermedio con el que estoy también probando es desviando mucho hacia twitter, especialmente cosas que me encuentro pero que no ameritan realmente una entrada formal.

Pero hay más por hacer. Un blog no tiene por qué ser realmente un foro. No todo lo que se quiera comentar debería de aparecer ni toda entrada debería tener esa posibilidad.

Cuando surge la discusión sobre los blogs y su utilidad la gente sólo ve el lado serio. Discute de si son una competencia para los medios informativos tradicionales o que si es el triunfo del aficionado sobre el profesional.

Esta discusión no tiene sentido por muchas razones que no se si tiene sentido tocar; en parte porque pienso que es una discusión dónde los blogs más vocales del tema suelen perder toda seriedad, respeto y sentido común precisamente cuando defienden tenerlos.

Hay ciertas cosas, aun así, que jamás se le podrán negar a los blogs y una de ellas es la diversidad de temas, formatos y escritores que ofrecen. Este es para mí su gran fuerte y uno de los temas menos tocados, tal vez porque es más fácil defender lo que haces si tienes algún enemigo que al atacar te defina.

Como medio informativo los blogs son generalmente, y con perdón de los absolutistas, una red de repetidores. No generan noticias ni información pero si la transmiten. La cantidad de contenido original es poca y con frecuencia se ignora a cambio de la trivia del día o el vídeo de la semana.

No son un mejor medio informativo que un periódico o un noticiero de televisión, sólo uno diferente. Uno más eficiente en ciertas situaciones porque puede cubrir más mundo en menos tiempo. La mayor parte de las noticias reales en los blogs vienen precisamente de medios informativos tradicionales y los blogs mismos ayudan a distribuir esta información de forma más eficaz e indiscriminada. Hasta los medios tradicionales reconocen esta situación y canales de televisión, periódicos y cadenas de radio están incorporando ideas de los blogs en su propio modelo.

Cuando se discuten las bondades de los blogs esas son las avenidas en las que los argumentos se atropellan y por su culpa no es fácil ver sus aportaciones menos obvias.

Pero los blogs son otras cosas también. Son el triunfo de la trivia y del conocimiento especializado. Son la posibilidad de que hasta la persona más humilde pueda compartir aquel par de cosas en que es experto. Aquello de lo que sólo sus familiares y amigos cercanos se beneficiarían hace sólo una generación ahora pueden aprovecharlo cientos o miles de personas. Si tienes algo que compartir puedes poner un blog y no importará tu raza o edad. Si tienes algo que decir hay miles de personas esperando para leerlo.

Hoy en día estoy aprovechando todo este océano de especialidades y experiencias añadiendo a mis feeds varios blogs que tratan sobre paternidad, bebés, cuidados y demás. Uno más de los ejemplos de cómo cambian tus intereses y gustos al saber que se te viene familia nueva a casa. Hay una nueva categoría en mi lector de RSS que se llama «Babying» con media docena o así de blogs que he ido recopilando y había estado manteniendo en «misc». Está claro que la parte fácil de tener un hijo fue hace seis meses pero el haber encontrado tantos sitios realmente interesantes sobre un tema menos típico me ha hecho pensar en la futilidad de discutir sobre si los blogs reemplazan a los medios tradicionales cuando me ha parecido perfectamente obvio que los complementan.

NOTA: Esta entrada llevaba al menos una semana macerándose y probablemente no la hubiera sacado si no fuera por ciertos eventos personales y porque salió otra tremendamente similar en el dashboard de WordPress.

Tras una invitación a evaluar un rediseño de una web resurgió, hace unos días, la eterna discusión sobre publicidad en web. Un tema que ha sido tratado hasta la saciedad pero me parece que de vez en cuando conviene refrescarlo, ya que sus matices se pierden con el tiempo.

Ojalá el mundo fuera blanco y negro, y realmente se dividiera entre los malos que ponen publicidad y los buenos que no. Ojalá los hosting se pagaran sólos o, al menos, todos tuvieramos para pagar el nuestro.

En el mundo real las cosas cuestan dinero y es famosa la situación donde por volverte popular de repente ya no puedes costearte a tí mismo.

Si puedes pagarte los costes sin ayuda de nadie entonces perfecto, no tienes ningún problema y la decisión de no poner publicidad es fácil. Si no puedes entonces las opciones que tienes son pocas, y todas son polémicas.

Sin intentar entrar en inútiles discusiones filosóficas de si la publicidad es correcta asumiremos que estás considerando hacerlo, como una de tus alternativas. Si es así es importante entender que existen formas inteligentes de introducir publicidad en un sitio web sin alienar a los visitantes regulares.

A todo esto, esta entrada trata solamente de publicidad sindicada. No publicidad tradicional con un proveedor que paga por un espacio fijo (al estilo de los periódicos y revistas) sino sobre banners y referencias.

El principal problema con la publicidad es su factor alienante. Su inclusión invariablemente abarata cualquier diseño y contenido y molesta a los interesados por el contenido. Así pues sale, de forma natural, la primera y más importante regla de la publicidad web:

No le pongas publicidad a tus visitantes frecuentes.

Esto es una cuestión de respeto. Tus visitantes regulares no van a tu sitio a ver tu publicidad y seguramente no les interesa.

Aún así sigue siendo vago porque hay más matices que pueden aplicarse. La mayoría de los que han investigado esto con alguna seriedad comentan los mismos consejos:

Activa la publicidad para entradas antiguas.: En páginas y entradas que tengan más de un mes puedes tranquilamente poner publicidad. Sólo la verá gente que llegue por casualidad o por estar buscando un contenido específico y pueden perdonarla.

En la medida de lo posible, mantén tu página principal libre de publicidad: Con frecuencia esta será la primera impresión que alguien se lleve de tu página. Sitios que te enlacen sin especificar un post lo harán aquí y es, a final de cuentas, tu cara al mundo. Tu página principal al mismo tiempo es la primera imagen que das y el lugar más genérico de tu sitio, ninguna publicidad se adecuaría de todas formas.

Ofrece un incentivo para que no aparezca la publi: Una excelente idea es lo que comenta Donncha: Una nota justo antes de los comentarios que diga sin rodeos: «¿No te gusta ver la publicidad? Regálanos un comentario y desaparecerá». La ventaja de hacer algo así es que fomentas la participación.

Minimiza la publicidad que sí pongas: Hay mucha publicidad que no tiene sentido por irrelevante (helium.com) o por ser universalmente odiada (snap.com). Intenta enfocarte en la publicidad que te da una entrada y que se toma en serio a sí misma. Google siempre es una buena opción en este aspecto.

Considera remuneraciones alternativas: Dependiendo de tu contenido y enfoque es posible que puedas aprovecharte de «referrals». Comisiones que tiendas en línea como Amazon o servicios de Internet (hosting, dominios, etc.) dan por redireccionar posibles clientes. Es importante siempre, eso sí, dejar claro que recibes comisiones por estas redirecciones.

Si vas a poner publicidad, que valga la pena: Si tienes un blog de cine poco importa un anuncio de tóner. Intenta tener publicidad relevante, especialmente la dirigida a los visitantes que vengan de motores de búsqueda. Si tienes un sitio con entradas serias no pongas publicidad de porno o ligoteo. Recuerda que tu publicidad habla tanto de tí como lo que escribes.

Algo interesante en los blogs es que no son tus usuarios asiduos y regulares los que te dan de comer (la mayoría de tus usuarios regulares no ven tu publicidad o la bloquean directamente desde el navegador) sino la famosa «larga cola» que la fama que te dan esos usuarios provoca como efecto secundario.

EDITADO: Donncha me ha contestado a una duda, donde le pregunto por qué considera que a las hordas de los sitios sociales (Digg, Fresqui, Enchílame, Menéame) no se les debería mostrar publicidad. Mi opinión era que considerando que el 99% llega, apenas mira y se vuelve a ir (a veces sólo dejando un comentario soez o sin relación) bien podrías meterles más publicidad pero su argumento es mucho más válido: «Ese 1% que puede que te enlace bien vale no poner publicidad a ninguno». Dado que la idea es no alienar visitantes es un punto perfectamente válido.

Para resumir, toma en cuenta estas sugerencias al momento de considerar la publicidad en tu blog:

  • Cuida a tus visitantes habituales. Nada de publicidad, especialmente en RSS.
  • Selecciona tu publicidad para que sea efectiva por ser adecuada.
  • Aprovecha la «larga cola» de visitantes ocasionales. Ponles publicidad relevante.
  • Busca modelos de publicidad alternativos (amazon, hosting, referrals)

Hay muchas más ideas pero muchos otros las han tocado con mayor profundidad pero quería aprovechar y sacar esta entrada de la lista, ahora que ha dejado de ser relevante.

En la línea de los «como trabajar en tu trabajo» tenemos esta, que podría resumirse como «a quién y cómo besarle el culo en la oficina» (por favor, mantengamos la compostura y no hagamos el chiste fácil que a todos se nos ocurre).

No es broma, de eso va el artículo. Este es un ejemplo:

IT Support:
DO: Make friends and really stroke his/her ego. Let’s face it, he is a techy type and may not have the greatest of social skills (may not), but he is smart and likes it when you tell him so. The key here is be his buddy and flatter him. «What would I do without you? You saved my documents.» Trust me, when you have an email problem, suddenly you’ll go to the front of the list ahead your boss. Only IT knows whose complaint came in first and if you’re likable, you can cut the line.

DON’T: Do not call him multiple times with the same problem and try to cover it up with chit chat. He knows why you’re calling when you’ve got a tech problem and it’s not discuss your date last night. In fact, he likely resents your calls and drop by’s that are merely fake friend visits meant to mask what you really want. He may even get annoyed and push you further down the list.

Te sorprendes cuánto has aprendido a depende de Google cuando de repente refrescas en Google Reader y resulta que no funciona.

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En mi caso ha significado una hora de actualizar mi perfil en Facebook, buscar Cochecito, Cuna y Cambiador en Segundamano (me pregunto si algún día eBay logrará en España la masa crítica que tiene en otros sitios); votar por un par o tres Mojizus en batalla y, finalmente y ya por eliminación, trabajar un poco.

Ya esta en línea el sitio oficial de la película de Watchmen, la adaptación de Zack Snyder al cómic seminal de Alan Moore y Dave Gibbons.

Como comentaba hace un par de días, para mí (y prácticamente cualquiera de mi generación interesado en cómics y que haya leído Watchmen) Watchmen es probablemente el mejor cómic de la historia.

Las expectativas para la película son inmensas porque Watchmen ha sido analizada y sobreanalizada hasta la saciedad por cientos de personas desde su finalización, en 1988. Las razones de considerarlo tan buena obra son muchas, y para cada uno pueden ser diferentes, aunque existe algo de consenso entre todos:

Donde un año antes Squadron Supreme, de Grunewald, había enseñado que no era necesario seguir haciendo los cómics y sus historias como siempre utilizando superhéroes arquetípicos, Watchmen demostró un año después, que el medio además podía tratarse seriamente y de una forma mucho más cerebral. Watchmen, antes y mejor que nada antes, validó los cómics como un medio serio y no sólo como «tebeos para los niños». Watchmen validó los cómics como un medio capaz de mucho más.

Al igual que toda gran obra cada vez que lees Watchmen encuentras una nueva pista o un detalle que sientes que deberías haber visto antes. Cuando en la cuarta o quinta lectura descubres quién es zurdo o dónde hay cubos de azúcar descubres que, desde el primer número, todas las pistas y soluciones estaban ahí. Invisibles en su obviedad.

La cantidad de referencias y comentarios sobre Watchmen son tantas (a veces varias por cada panel de un número) que hay recopilaciones de anotaciones en Internet: http://www.arschkrebs.de/watchmen/ (aquí, otra versión)

Si leíste Watchmen en el momento adecuado probablemente no esperabas mucho de él y te sorprendió, gratamente, sentir que no era como los demás cómics y de un día para otro querías algo más de los demás. Si lo leíste watchmen entre 1987 y 1995 viste, en primera persona, el nacimiento de los estilos que hoy en día dominan la industria.

No por nada es uno de los pocos cómics que se incluyó en la lista de las 100 mejores novelas de TIME Magazine y el único que ha ganado el premio Hugo.

Si no has leído Watchmen lo recomiendo, especialmente el leerlo teniendo en mente que a mediados de los ochenta prácticamente TODO en Watchmen era revolucionario.

En la película están confirmados ya (enlaces a IMDB para el actor y Wikipedia para el personaje):
Malin AkermanLaurie Juspeczyk (Silk Spectre)
Billy CrudupJon Osterman (Dr. Manhattan)
Matthew GoodeAdrian Veidt (Ozymandias)
Jackie Earle HaleyWalter Kovacs (Rorschach)
Keffrey Dean MorganEdward Blake (The Comedian)
Patrick WilsonDran Dreiberg (Nite Owl)

Dirigida por Zack Snyder, producida por Lawrence Gordon, Lloyd Levin y Deborah Snyder.

El póster actual de la película emula las portadas de los cómics en estilo, dibujo y colores.

Aunque no me preocupa que tengan que quitarlo un montón de cosas de la película (apenas como serie de TV podrían replicar todo lo del cómic y aún así ciertas cosas, como los recortes de periódico o la lectura del cómic de piratas, serían imposibles) si me preocupa que cambien el tema central de la historia o el final, que siempre provoca un dilema moral entre los que leen el cómic.

Por supuesto, dependiendo qué es lo que prefieres del cómic es que unas escenas u otras puedan afectarte más o menos por su desaparición. A mi ya me preocupa que Carla Gugino (1971) haga de madre de Marlin Akerman (1978), eso ya apunta a algún cambio (aunque opina un amigo que Gugino saldrá maquillada para verse mayor pero poder hacer las escenas de «Flashback» creíblemente).

¿Tú quién piensas que tiene la razón entre Veidt y Kovacs?

NOTA: Es importante tener en cuenta que Alan Moore ha renegado públicamente de todas las adaptaciones (V For Vendetta, League of Extraordinary Gentlemen, From Hell, Constantine, Return of the Swamp Thing) de sus cómics al cine y, aunque Snyder dice que espera que sea la primera vez que Moore esté orgulloso de una adaptación, todo apunta a que correrá la misma suerte. Irónicamente puede que las adaptaciones de la obra otro revolucionario de los cómics, Frank Miller (culpable de Sin City, 300 y Dark Night Returns), sean la mejor prueba de que es posible traducir incluso los mejores cómics al celuloide.

Acabo de borrar más de 30 borradores pendientes, más de la mitad de 2003 a 2005.

Repasándolos veo que prácticamente ninguno es ya relevante y otros ya no me interesan.

¿Que pasa con las entradas antiguas de los blogs? ¿Adónde van a morir? No se si estas específicas nunca fueron relevantes y por eso no pasaron de borradores o si me pongo a hojear el pasado me encontraré conque casi todo podría descartarse.

Es simpático que guardamos todo lo que escribimos (hasta los logs de Adium o los twitters) e incluso hasta presumimos desde hace cuánto escribimos en Internet (lo más antiguo mío es de 1991) y me pregunto yo si no estamos dándole importancia a información que es realmente trivial y diluyendo la separación entre lo relevante y lo que no.

Aún así sé que hay entradas que tienen un valor especial, al menos para mí. Tal vez sería interesante intentar separar todas las que realmente significarían algo, una década en el futuro.