Con el concierto de Live Earth a menos de una semana, el mayor despliegue de medios que se ha visto en mucho tiempo para sincronizar 24 horas de conciertos a lo largo de todo el mundo, se solidifica la posición del Calentamiento Global como la causa de moda a defender entre los activistas del mundo.
Como ya ha pasado en otras ocasiones, la atención del público se centra en un problema y convenientemente se ignoran otros, igual o más importantes.
En Lighter Footstep, un sitio dedicado a la sostenibilidad se mencionan Cinco Cosas que son peores que el Calentamiento Global.
La desaparición del petróleo como recurso barato, el colapso de los ecosistemas oceánicos, la crisis del agua potable, la deforestación y las armas nucleares. Incluso hace una mención de refilón a otras cuestiones como posibles pandemias (SIDA y Tuberculosis resistente a los antibióticos, las toxinas industriales en el medio ambiente o la disparidad económica entre hemisferios).
Y mientras la atención de la gente está sobre el cambio climático, otros problemas continúan igual que siempre. Durante las 24 horas de Live Earth 866000 km2 de bosque tropical desaparecerán para siempre. 7500 millones de litros de desperdicios irán a parar a los oceanos. 10800 niños morirán por no poder beber agua potable. Y nos habremos acercado en otros 85 millones de barriles al fin de la Era del Petróleo.
A lo mejor es que no podemos concentrarnos en varias cosas, o a lo mejor es que nos es más fácil preocuparnos por problemas que no podemos resolver. A lo mejor simplemente nos gusta Madonna y U2 y los podemos oir gratis.
El punto es que «Calentamiento Global» está en boca de todos estos días y da la impresión de que es el único problema que existe. De que si arreglamos esto ya podemos estar tranquilos. Incluso da la impresión a los que no ven más allá de que es un tema claro y zanjado en vez de lo que es, una hipótesis de lo que sucede, porqué sucede y qué puede significar (aquí, excelente artículo del National Geographic investigando la verdad y la especulación en la película de Al Gore).
Todos esos otros problemas, los que tienen décadas de existir y ya hemos aprendido a no tener presentes en nuestra cabeza. Esos siguen y seguirán ahí, sin conciertos que les ponga de moda. Sin Películas de candidatos presidenciales de EE.UU.
Y yo no soy mejor que nadie aquí. Hago tanto o tan poco como en el momento me acomode. Pero no puedo dejar de tener presente que los problemas siguen estando ahí y siguen siendo tan importantes como antes de que aprendieramos sobre el Calentamiento Global.
El calentamiento global como tal existe pero realmente no sabemos que somos nosotros los que lo hemos provocado. No tenemos ninguna prueba de que no sea parte del ciclo natural del planeta, consecuencia de sus propios cambios sobre los que no tenemos control o consecuencia de nuestras acciones. Incluso en los casos en los que podemos defender que hemos influenciado no podemos decir más que eso: Que hemos influenciado. No hemos provocado nada que no fuera a suceder por sí mismo tarde o temprano (incluso hay teorías igual de defendidas pero menos popular que dicen que si acaso hemos retrasado la catástrofe).
Nos gustaría, muy en el fondo, ser responsables del Calentamiento Global. No lo diríamos nunca pero el ser culpables de él significaría que somos mucho más que las motas insignificantes en el esquema del universo que probablemente somos. Significaría que podemos afectar lo que sucede en un planeta. En una época en la que el ateísmo está de moda nos daría una forma de sentir que podemos trascender y dejar una huella.
Nada de esto significa que no esté a favor de la sostenibilidad y la harmonía con el medio ambiente. Pero me parece que lo que debemos es apuntar en esa dirección por principios y por convencimiento, no por miedo a que el planeta nos vaya a matar. La sostenibilidad debería ser una decisión derivada del sentido común, no del miedo; o no arraigará.
Extra: Algunas notas más, y mucho mejor documentadas (como no puede ser de otra manera), en las dos entradas de juandesant: