En la película de Los Croods el padre de la familia de cavernícolas tiene una frase que repite constantemente durante la misma:
“El miedo es bueno. El cambio es malo. Lo nuevo siempre es malo. Nunca no tengas miedo. Nunca dejes la cueva”
La película, obviamente, va de que nuestros miedos y prejuicios personales nos mantienen en un sitio seguro, pero estático. No nos permiten evolucionar.
Cada vez que algo ha modificado el comportamiento de los niños con respecto a como lo recuerdan sus padres ha recibido opiniones que insisten en que es malo, debería prohibirse y limitarse. Pasó con la TV, los juegos de rol, las consolas de videojuegos, los cómics. Incluso hay artículos por ahí del S.XIX que muestran cómo los profesores de la época se quejan de que se estaba perdiendo la sana costumbre de escribir en pizarras en los estudiantes y cómo esto es de lo peor que puede pasar para su desarrollo.
Hoy veo compartido en varios sitios la traducción (que además es especialmente mala y manipulativa) que ha hecho la Fundación PROTEGER de un artículo de Cris Rowan en el Huffington Post y me deprime enormemente porque alimenta ese demencial prejuicio y miedo que tenemos todos los humanos a lo que no conocemos de la peor forma posible: Intentando hacer como que no existe, prohibiendo y bloqueando el acceso al mismo.
El artículo lista una serie de “peligros” por el uso actual de la tecnología (considera “abuso” lo que hoy en día se ve como “uso normal”, así que no haré distinción entre los términos) y está escrito por una Pediatra dedicada a la terapia ocupacional, de acuerdo a la firma.
A mis ojos, este post tiene varios puntos discutibles.
Un problema principal es que lista un montón de correlaciones como si fuesen causa y efecto. En el fondo esto es lo que hará que el artículo sea muy compartido y un montón de gente esté muy de acuerdo con él: Nos asegura que la “culpa” de todo lo supuestamente malo está otros que no somos nosotros (los padres) y de prometernos que la “solución” está en nuestras manos, prohibiendo. Esto tiene el efecto simultáneo de desinformar, manipular y propiciar la continuada ignorancia de lo que hay de fondo, ayudándonos además a mantener una posición de superioridad moral sin tener más que hacer que ponernos a prohibir (que no nos cuesta trabajo y nos hace sentir bien).
Sin entrar en los puntos individuales, el resumen de todo es que este artículo refleja cómo los padres hemos ido subcontratando a otras personas, traspasando nuestra responsabilidad a profesores y médicos, la educación y cría de nuestros hijos. Esto nos evita tener que enfrentarnos a la responsabilidad y sentirnos buenos padres reclamando a otros cuando sale mal.
El resultado obvio de no dedicar tiempo para entender el mundo en el que se crían nuestros niños debería ser intentar hacerlo, pero termina siendo prohibirlo. “Si no te diviertes y socializas de la forma que yo lo espero, lo estás haciendo mal”.
El problema al que nos enfrentamos no es que haya mucha tecnología, una posible “demencia digital” (me asombra que alguien se tome en serio el artículo después de leer esto) o que los móviles puedan provocar obesidad (de nuevo, confundir correlación con causalidad). El problema al que nos enfrentamos es que la gente que hoy quiere prohibir la tecnología no la comprende ella misma y no sabe como integrarla en su vida (en la de sus hijos ha estado integrada siempre); por lo tanto o ignora su existencia o busca prohibirla, ambas formas de hacer que el problema desaparezca.
Ignorar la presencia de la tecnología en nuestras vidas provoca un distanciamiento con quienes la aceptan y abrazan. Tras una decisión así nos encontramos con que no nos gusta el distanciamiento que produce pero no nos atrevemos a achacar como culpable a la decisión que hemos tomado de mantenernos diferentes y el resultado es abrazar artículos como este que nos convencen que el problema no somos nosotros.
La “solución” al problema es difícil porque no es cómoda. El primer paso es reconocer que el problema lo tenemos nosotros y el segundo es trabajar para tratar de minimizar esa distancia y desconocimiento del sitio en el que se encuentra ya la humanidad del futuro.
La alternativa, obviamente, es aceptar que el mundo se mueve hacia adelante y que hemos decidido bajarnos del tren y quedarnos atrás. Es una decisión válida, pero no puede ir acomppañada de miedo y resentimiento sino de aceptación propia y hacia los demás.
No quería comentar los puntos individualmente pero sí tocar tres ideas generales, que reflejan varias facetas del problema real que veo detrás del artículo y de quien lo comparte estando de acuerdo con él.
1.-“La tecnología omnipresente en los últimos 10 años está haciendo estragos en el desarrollo de los niños”: Hay aquí un punto esencial que tira toda la credibilidad de algo como esto por los suelos (así como muchas otras modas que van surgiendo y desapareciendo sobre cómo criar y educar): No es posible afirmar categóricamente el efecto de algo en la sociedad/humanidad hasta que no ha sucedido. Cuando alguien te dice que un niño criado con smartphones al ser adulto sería menos capaz en cualquier cosa de otro que no lo haya sido están, literalmente, mintiéndote. Te miente porque no hay aún ningún adulto que se haya criado desde pequeño con smartphones, que conocemos en su forma actual desde hace apenas 7 años, en nuestra sociedad. Cuando las modas educativas cambian más rápido de lo que toma a los niños sobre los que se practican en volverse adultos, lo que vemos son proyecciones de quienes las postulan. Esto nos lleva al siguiente punto:
2.-La comunidad “médica” no está exenta de prejuicios, ignorancia y manipulación: De la misma forma que farmacéuticos y médicos promocionan y venden homeopatía como si fuese medicina real y ni siquiera parpadean al hacerlo, la comunidad médica (como la científica) no está exenta de los miedos, prejuicios y amoralidad que tan parte la humanidad son. Es perfectamente posible para un doctor inventarse toda una teoría que no sea sino una proyección de sus prejuicios o de su terror a volverse obsoleto y presentarla de forma que parezca perfectamente lógica.
En el artículo se comenta que se ha multiplicado la cantidad de casos médicos reportados de enfermedades que no existían hace veinte años y del diagnóstico de medicinas (Ritalin, Adderall) que no eran necesarias hace dos generaciones. Al poner algo así las alarmas deberían saltar inmediatamente a quien lee y cuestionarse si no será que el problema no es que haya más casos sino de lo que está provocando que más doctores diagnostiquen una enfermedad que se ha vuelto un comodín para minimizar el trabajo de padres y doctores?
Al fin y al cabo, de la misma forma que si alguien de urgencias te ve muy insistente te diagnosticará algo trivial y te dará una “medicina” inocua para que no vuelvas por lo mismo, un doctor listo sabe cuando si le dice a un paciente “no es nada” este puede decidir cambiar de doctor por otro que esté dispuesto a diagnosticarle algo. Algo similar sucede con muchos farmacéuticos que reconocen el valor de *siempre* venderle algo a quien decide ir hasta la farmacia.
Cuando lees que el problema de que haya más chicos con desórdenes de atención diagnosticados y bajo más medicación que nunca antes, vale la pena considerar que la primera razón de esto es que hay más doctores que lo diagnostican y más compañías farmacéuticas felices vendiéndolos. Preguntarse si no es posible que haya una considerable cantidad de factores de otro tipo ahí sería sano.
Hay pistas a esto en el artículo, que incomprensiblemente se tratan como “pruebas”. Por ejemplo: “Uno de cada seis niños canadienses tienen una enfermedad mental diagnosticada y están sometidos a medicación psicotrópica riesgosa” no indica que esto deba ser una preocupación tan grande en lo que dice como en lo que implica: Que hay muchísimo diagnóstico de un tema no trivial, con medicamentos que alteran la personalidad, y que debería ser mucho más investigado y controlado.
3.-La ignorancia científica como herramienta de terror: El post hace algo imperdonable y lo que en el fondo me ha hecho escribir este churro gigantesco: Cita las famosas listas 2A y 2B de posibles/probables carcinógenos de la Organización Mundial de la Salud en la que esán metidos los teléfonos móviles (está en la 2B, pero hay gente citada que pide que se pasen a la 2A). No indica que la presencia en estas listas por definición solo puede darse cuando *no existen pruebas fehacientes* que confirmen una relación entre el cáncer y lo que las listas incluyen.
Las listas IARC 2A y 2B de carcinógenos de la OMS representan, sobresimplificando, las cosas que se han reportado muchas veces como posibles carcinógenos. La distinción entre 2A y 2B lo que refleja es la cantidad de atención que uno u otro tienen.
Para dar algo de perspectiva sobre estas listas basta recordar que en la lista 2B se encuentran el café, el talco para el culo de los bebés y los batidos de vainilla del McDonald’s; mientras que en la lista 2A se encuentran el Mate argentino, ser peluquero o trabajar en turnos nocturnos.
En ambos casos, las listas están para documentar que hay reportes que dicen asociar el cáncer con estas cosas, pero no hay estudios concluyentes que lo avalen. Las listas además no son simples listas de cosas sino que requieren ciertas cantidades de exposición y concentración para incluso tener ese estado indeterminado de posible/probable carcinogénesis.
Lo imperdonable, algo que vemos también entre anti-evolucionistas cuando malinterpretan el término “teoría” confundiendo el uso coloquial con el científico, es no explicar que “probable” y “posible” son términos científicos para definir incertidumbre, no lo contrario. “Posible” significa “no se ha demostrado lo contrario” y “probable” significa “no se ha demostrado lo contrario, pero hay que asegurarse”. Cuesta mucho que la ciencia haga una afirmación categórica de “esto NO puede tener efecto” porque simultáneamente es consciente de la vastedad del universo y desventajosamente honesta, optando por usar términos precisos que luego pueden ser fácilmente manipulables de forma coloquial. Un problema de escrúpulos que no tiene la gente que escribe cosas como esta.
Para entender el matiz recordemos que la lista 4 son “productos probablemente no carcinogénicos para los humanos” y contiene *UN* solo elemento. Solo la lista 1 tiene elementos clasificados como “carcinogénicos”. Ahí aparecen el fumar, el humo del tabaco, el asbesto, etc.
En el fondo, la mejor forma de que los niños se desarrollen bien es simplemente dejarles ser niños. Propiciar un entorno en el que puedan jugar de varias formas y asegurarse de mantenerles expuestos a lo que su generación considera normal es mucho más sano que mantenerles en el salón de casa, no permitirles interactuar por su cuenta con más gente, pero no permitirles abstraerse con lo poco que tienen disponible a su mano. Tenemos que entender que es una generación que será diferente a nosotros y de la misma forma que hoy nos parecen ridículas muchas de las ideas de nuestros padres al educarnos, las nuestras lo son también y es nuestra responsabilidad tener esto siempre presente.
Nuestra responsabilidad es darle a ellos la forma de que encuentren su desarrollo y esto se logra a través de abrir puertas, no cerrarlas. Si un niño con posibilidad de hacer mil cosas elige usar un ordenador o un tablet entonces es que eso es lo que les gusta. Nuestra incomprensión de sus gustos es un reflejo de nuestra ignorancia e inseguridad, no de si son adecuados.
El artículo está escrito por Cris Rowan, propietaria de la empresa ZoneIn, que se dedica a cobrar por sus terapias de educación y planes de estudios que dependen para su existence que la gente crea que hay problemas que ella puede resolver.
No dice que la multitarea sea mala. Dice que obligarte a usar un gestor multitarea es malo. De la misma forma que obligarte a utilizar sistemas de ficheros tal vez no sea bueno tampoco. El tener gestores de ambas cosas es una forma de controlar un problema creado, si eliminas el problema eliminas la necesidad de controlarlo.
Es similar a los gestores de paquetes e instalación de Linux. La gente piensa que son una buena idea, pero no ve que lo que son es una forma de controlar el caos de dependencias y compilación que es Linux. Si resuelves el problema de raíz eliminas la necesidad de gestores.
Miremoslo de otra manera: Aplicaciones web. En Google Docs tienes gestores de ficheros? Tienes filesystems? No. Tienes interfaces con ellos porque tienes que interactuar con sistemas que los requieren.
Miremoslo de otra manera. Recuerda Newton o recuerda Palm hace tiempo. No habia ficheros tampoco. Las aplicaciones controlaban objetos, información. Esto podía ser usado entre aplicaciones. Newton ni siquiera tenia aplicaciones sino que permitia hacer cosas y esas cosas disponibles podian extenderse.
Suma, sigue: Cuando usas Flickr usas ficheros? Los usas cuando usas youtube? Usas ficheros cuando metes un DVD o un Blu-Ray o cuando gestionas grabaciones en un buen PVR?
Ejemplo aún más obvio: Cuando usas una agenda de direcciones o un programa de mail o de calendario: Usas ficheros? Detrás de los programas los hay, pero tu usas la funcionalidad y los objetos. Los elementos discretos que necesitas, el que sean ficheros o no , no es importa.
Estira, estira: Metes un CD en tu mac o tu pc. El CD aparece en iTunes y tiene canciones, no ficheros. Importas las canciones y las escuchas ahi. A lo mejor haces otro CD, a lo mejor metes un iPod o un iPhone y pasas las canciones. Ficheros? No, canciones. Canciones que ya han cruzado tres medios y nunca has visto un fichero, ni tienes que hacerlo. Las fotos? Lo mismo.
Multi-tarea? Más de lo mismo. Cada vez que la gente dice que el iPhone no tiene multitarea me dan achuchones. Claro que tiene multitarea. Si no, no sonaría el teléfono ni llegarían SMSs ni anunciaría los push/pings ni cambiaria el minutero ni sonarían las alarmas. Lo que no tiene es un gestor de aplicaciones activas. Es por eso que con jailbreak ha sido trivial hacer uno (cuya mejor iteración probablemente sea proswitcher) y es por eso que las aplicaciones ni dudan un momento de seguir corriendo sin ser las activas.
Pero incluir un gestor de aplicaciones obliga al usuario a gestionarlas. Actualmente tras bambalinas el iPhone OS retira aplicaciones como necesita, Safari está abierto siempre a menos de que se necesite memoria, en cuyo caso se le da una patada y cuando cargue de nuevo recargará la sesión (razón por la que a veces sus webs están cargadas y otras tienen que recargarse y no es obvio cuando lo uno o lo otro. Si pones un gestor la gente se vuelve responsable por la memoria ocupada, algo de lo que no debería ni saber. Por el CPU, que les debería ser invisible.
Has visto a gente que se había instalado el backgrounder y se le alentaba la maquina? se les quedaba sin bateria? daba errores? Eso es lo que pasa cuando tienes un gestor de aplicaciones en un dispositivo de memoria limitada. Es lo que pasa en Windows Mobile y en Palm Pre y está bien para ti, o para mí. Pero no tendría que ser necesario para usuarios como mi madre o mi mujer que solo quieren usar un dispositivo.
Ahora bien, lo he dicho antes y lo repito aqui: En un teléfono es fácil ver esto. En un dispositivo como el iPad es más posible que la gente no es que quiera hacer multiple tarea sino que quiera que haya cosas atras esperando y a las que puedan pasarse si suceden eventos (navegar mientras esperas una respuesta a un msn, o mientras esperas una llamada de skype). Sigo pensando que nosotros somos mas propensos a algo así (mira como utiliza un ordenador, deja tu un telefono o una tablet, un usuario normal: Una cosa a la vez, atención total). Las distracciones las ignoran, puede estar parpadeando una cosa abajo media hora.
Si pones un gestor de tareas tienes que implementar un control para cerrar aplicaciones (porque ya no se saldrian al cambiar a otra).
Si pones un gestor de tareas tienes que implementar un control para cerrar aplicaciones (porque ya no se saldrian al cambiar a otra).»
Tienes mucha razón en esto. Mi padre se volvía loco cuando se sentaba a mi lado a ver qué hacía en el ordenador, o a pedirme que le enseñara algo, porque sí, es un baile de ventanas/aplicaciones. Para gente como nosotros es lo normal: carga un video en youtube me voy a Adium a ver que pasa, me salta el Growl con un Twit y voy a leerlo, cambio una canción, vuelvo al vídeo, bajo a los comentarios, mientras lo mismo tengo abierto un Mail a medio escribir…
Yo quiero la opción, en iPhone usé proswitcher un tiempo, pero como dices, la batería dura un suspiro si empezamos así. A este cacharro dicen que le dura 10h, si le puedo meter un gestor de aplicaciones similar y que dure 6h o 5h, me sirve. Si no, probablemente también me sirva, pero no me gustará tanto.
Un gestor de aplicaciones para pasar de una a otra y poder cerrarlas es algo sencillo para un power user y para un newbie. Incluso mi abuela sabria hacer eso.
Por otro lado, si fuerzas que coexista la gestión actual automática con la manual puede que de repente vayas a pasarte al safari (que no tenias por que dejar abierto, pero ya que tienes un gestor, pues que viva cuba libre!) y te lo haya matado el teléfono. O no puedas pasarte al skype en el que esperabas la llamada porque te pusiste a jugar teniendo el safari abierto y el teléfono tuvo que tomar una decisión para pillar los 10MB que le faltaban.
Una cocinera podría saber lo que implican los megawatts en un microondas o conocer las revoluciones por minuto de una batidora ya que no es complicado, pero no tiene por qué, si no es relevante para lo que necesita. Antes para llevar un coche tenías que saber como funcionaba el motor, para entender que podías ahogarlo o que debías usar el ahogador mismo. Ya no, y demos gracias a ello.
La idea de un dispositivo como el iPad no es, por lo que parece, simplificar las tareas, sino reducir al mínimo la carga cognitiva. Es decir, la cantidad de cosas que debo tener en mente simplemente para hacer funcionar el dispositivo.
Vuelvo al ejemplo del coche. No sé que hay dentro de mi coche
que encima, es automático, para poder pensar menosy me da igual. Por mí como si funciona con polvo de hadas o tiene caballos diminutos en su interior. Me vale con que me lleve del punto A al punto B y cuando lo uso sólo me tengo que preocupar del tráfico.Bueno, vale, pero yo creo que hasta a los usuarios más «simples» les puede interesar recibir avisos de entrada de mail mientras están leyendo un libro en el iPhone, más que nada porque puede haber alguno urgente. O a lo mejor les gusta escuchar la radio mientras contestan a sus amigotes en Facebook.
No sé, a lo mejor por eso el sistema se viene abajo, pero en principio no me parece que sea una mala cosa, sinceramente.Aunque qué sé yo, si soy un experto en colgar todas las máquinas por las que paso…
Sin embargo, creo que un dispositivo «multiuso» debe permitir tanto el uso simple como el complejo. Permitir el uso simple para usuarios que no necesiten más, pero también permitir el uso complejo para usuarios avanzados.
Al final de cuentas, cada dispositivo ofrece algo y depende del usuario y sus necesidades si lo utiliza o no; lo que no estoy de acuerdo es en glorificar el iPad e insistir que es un excelente producto para cualquier usuario, que con esto muere el kindle y demás tonterías que se están leyendo en blogs.
Incluso en mi caso, mirando a un dispositivo con el iPhone, prefiero que él solito se gestione para estar siempre con el máximo rendimiento. Y creo que las soluciones que han ido saliendo, como las notificaciones push y la restauración de sesiones, son estupendas y funcionales.
Aún así creo que ya que Apple controla tanto qué aplicación entra o no entra al Store, aún podrían permitir que ciertas app pudieran correr en segundo plano. Por ejemplo, permitiría que Spotify corriera en segundo plano pero en detrimento de la aplicación de iPod. Es decir, que si una carga en segundo plano, la otra deja de estarlo. Al fin y al cabo sería redundante. Esto podría ser seleccionado en preferencias, en plan «aplicación de audio por defecto». Lo que no sé es si lo permitiría con otros tipos de aplicaciones tipo Latitude. No le veo mucho sentido a eso. Pero claro, es un tema complicado, lo mismo esto que he dicho tampoco es muy factible.