Leyendo un par de entradas (una, dos) comentando sobre Twitter (que, sin por lo visto importar que al menos una vez al mes empiece a quejarse, ir fatal y confundir ((No haremos comentarios sobre el posible sexo de twitter, en vista de las evidencias.)) ) me he encontrado con un párrafo (abajo) que me ha gustado y con un par de frases en él que si por mí fueran volvería memes:

Think about any other online community system ever created – from Usenet to The WELL, IRC to Slashdot to Digg. All of them have had to deal with the core problem of idiots on the Internet. Slashdot’s extended karma system, or IRCs multiple moderation commands, Digg’s diggs, etc. are all about filtering out the assholes. It’s a fact – anytime a virtual group gets to a certain size, the morons come and start doing their best to disrupt, defraud or degrade the audience.

El artículo en cuestión habla sobre cómo el sistema asimétrico de seguimiento de twitter (donde cada quién sigue sólo a quien quiere y es sólo a esos a los que lee) funciona como un método de moderación distribuido muy parecido a las subscripciones por RSS a páginas web:

Tú sólo sigues lo que te gusta y no te molesta, y si te empieza a molestar dejas de seguirlo. Así pues, es interés del que sigues que sigas haciéndolo, o te perderá.

Es interesante y supongo que inconscientemente todos lo habíamos visto así. El sistema es especialmente eficaz cuando incluso de la gente que sigues puedes no ver mensajes que envían a gente que no tengas en tu lista. Es un sistema implacablemente eficiente. Si quieres que alguien que tú sigues lo sigan otros tienes que, sin rodeos, hablar de él sin hablarle directamente o nadie se enterará.

Es también una de las razones de que todos estos sistemas nuevos que pretenden ser el nuevo «twitter killer» a mis ojos tienen sus prioridades equivocadas. Pretenden competir y ganar a lo que debería considerarse ya mas bien una plataforma (algo a medio camino entre los blogs, los chats y los IMs) y pretenden hacer su nuevo sistema que tambien tiene contactos y seguidores y relaciones sociales y piensan que quitando esa limitación proveen una ventaja cuando, en realidad, están perdiendo lo que hace que twitter siga siendo el listón a comparar, con todo lo mal que va.

Me encanta. No es de extrañar que en algunos puntos pueda reemplazar en muchos aspectos a un blog o la mensajería instantánea.

PD: Es la «parte I» porque al escribir el encabezado me ha quedado inmediatamente claro que este es un tema que puede dar para largo :)

En esta semana varias personas, gente cuya opinión valoro enormemente, me han comentado que hace más de un mes que no actualizo.

He estado revisando lo que he puesto este año y veo que ha ido cambiando. Prácticamente no he metido entradas cortas y casi no han redireccionado a otros sitios. Los enlaces han sido pocos y espaciados donde antes eran la única constante.

Twitter en parte es culpable. Las ansias de escribir ideas cortas o de reenviar enlaces se me van por ahí, usualmente con respuestas inmediatas. Cuando me encuentro algo interesante en Google Reader lo comparto directamente ((Si usas Google Reader y quieres que te lleguen las entradas que comparto no dudes en añadirme o subscribirte. Mis contactos aquí.)).

Ilse, claro, es el otro factor. De repente he pasado a tener poco más de dos horas de tiempo libre al día, en total y en segmentos discontinuos. Y eso que por lo visto es una niña tranquila, no quiero imaginar lo que tener un hijo de esos de los que no paran de llorar, patalear y estar incómodos tiene que ser. Tengo amigos que se asombran de que podamos dormir cinco horas seguidas todas las noches o de que la nena no llore todo el tiempo que está despierta ((Y yo, en silencio, doy gracias.)).

Es, precisamente, la llegada de Ilse, lo que probablemente esté haciendo que no haga entradas que no sean realmente personales (opiniones, ideas o comentarios). Compartir en twitter o compartir por Google reader es rápido, efectivo e inmediato.

Así pues, no se qué hacer.