Entre esos sitios que reseñan cochecitos, cunas, ositos y biberones que estos días parecen plagar mi RSS he encontrado uno que todos los días me provoca una sonrisa y uno que recomiendo a todos: «Because I Said So» de Dawn Meehan.

La historia de Dawn es simpática y un ejemplo de cómo los blogs ayudan a que un talento sea disfrutado por mucha más gente de lo que hubiera sido en el pasado: En Marzo de 2005 Dawn creó una subasta en eBay para vender una pelota de baseball usada. Esta pelota probablemente no hubiera sido gran cosa en sí misma pero Dawn escribió una genial recapitulación de los eventos que la llevaron a vender la pelota, contando de paso parte de su vida como madre de sus entonces cinco niños (ahora son seis). 220,000 personas visitaron la subasta y la pelota se vendió por $1,125.00.

La historia de esa pelota de baseball se volvió su primera entrada e introducción dos años después, cuando la gente la convenció de que siguiera compartiendo sus historias. Estos días Dawn recibe más de 100,000 visitas diarias de más de 70 países y aunque durante un tiempo siguió creando subastas ahora ya no tiene la necesidad, habiendo recibido ofertas para escribir en programas de televisión, revistas y libros.

Aquellos que la hemos descubierto hace poco tenemos el gusto de tener varias entradas suyas y una más cada día para disfrutar, y esperamos que siga escribiendo todos los días algo, aunque estemos en cola para comprar su libro si alguna vez decide sacarlo.

Como abrebocas, una versión en español de sus diez veinte frases que nunca pensó que diría (funcionan mucho mejor en el inglés original, claro, y si se imaginan con la voz de una madre, de seis, después de todo un día de trasiego, mejor):

  1. No te eches chocolate en los pantalones.
  2. ¿Por qué tiraste los Legos en el báter?
  3. Sácate la salchicha de la nariz.
  4. ¿Dónde está el pelo de tu hermana y por qué llevas esas tijeras?
  5. ¿Cómo fue a parar la mantequilla en la moqueta?
  6. No, cariño, incluso con los pijamas de Superman no puedes volar.
  7. ¿Es miel eso que llevas en el pelo?
  8. ¡No puedes ir a la tienda en ropa interior y botas de goma!
  9. No. Los peces no se toman baños. ¿Por qué lo preguntas?
  10. ¿Por qué está el perro lleno de Yoghurt?
  11. ¿Y ese pato de dónde salió?
  12. ¿Por qué has puesto a tu hermano en la nevera?
  13. ¡Suelta esa ardilla!
  14. ¿Por qué están los pepinillos de color rosa?
  15. ¿Es la cuerda de la ropa lo que está atado al techo del garage?
  16. No. El perro no quiere ponerse el sombrero de vaquero.
  17. ¡No se patina sobre yoghurt por la cocina!
  18. Ataste tu cinturón al ventilador del techo, ¿por qué?
  19. ¡Es una salchicha fosilizada!
  20. ¡Porque lo digo yo!

La mayoría de estas líneas tiene una historia detrás y recomiendo pasearse el blog y subscribirse o leer las entradas antiguas. Tanto a los futuros padres como a aquellos con ganas de reir de vez en cuando con las historias.

NOTA: Originalmente este post y otro eran uno sólo, pero quedaba innecesariamente rebuscado. Aún ahora lo está, pero menos.

Cuando surge la discusión sobre los blogs y su utilidad la gente sólo ve el lado serio. Discute de si son una competencia para los medios informativos tradicionales o que si es el triunfo del aficionado sobre el profesional.

Esta discusión no tiene sentido por muchas razones que no se si tiene sentido tocar; en parte porque pienso que es una discusión dónde los blogs más vocales del tema suelen perder toda seriedad, respeto y sentido común precisamente cuando defienden tenerlos.

Hay ciertas cosas, aun así, que jamás se le podrán negar a los blogs y una de ellas es la diversidad de temas, formatos y escritores que ofrecen. Este es para mí su gran fuerte y uno de los temas menos tocados, tal vez porque es más fácil defender lo que haces si tienes algún enemigo que al atacar te defina.

Como medio informativo los blogs son generalmente, y con perdón de los absolutistas, una red de repetidores. No generan noticias ni información pero si la transmiten. La cantidad de contenido original es poca y con frecuencia se ignora a cambio de la trivia del día o el vídeo de la semana.

No son un mejor medio informativo que un periódico o un noticiero de televisión, sólo uno diferente. Uno más eficiente en ciertas situaciones porque puede cubrir más mundo en menos tiempo. La mayor parte de las noticias reales en los blogs vienen precisamente de medios informativos tradicionales y los blogs mismos ayudan a distribuir esta información de forma más eficaz e indiscriminada. Hasta los medios tradicionales reconocen esta situación y canales de televisión, periódicos y cadenas de radio están incorporando ideas de los blogs en su propio modelo.

Cuando se discuten las bondades de los blogs esas son las avenidas en las que los argumentos se atropellan y por su culpa no es fácil ver sus aportaciones menos obvias.

Pero los blogs son otras cosas también. Son el triunfo de la trivia y del conocimiento especializado. Son la posibilidad de que hasta la persona más humilde pueda compartir aquel par de cosas en que es experto. Aquello de lo que sólo sus familiares y amigos cercanos se beneficiarían hace sólo una generación ahora pueden aprovecharlo cientos o miles de personas. Si tienes algo que compartir puedes poner un blog y no importará tu raza o edad. Si tienes algo que decir hay miles de personas esperando para leerlo.

Hoy en día estoy aprovechando todo este océano de especialidades y experiencias añadiendo a mis feeds varios blogs que tratan sobre paternidad, bebés, cuidados y demás. Uno más de los ejemplos de cómo cambian tus intereses y gustos al saber que se te viene familia nueva a casa. Hay una nueva categoría en mi lector de RSS que se llama «Babying» con media docena o así de blogs que he ido recopilando y había estado manteniendo en «misc». Está claro que la parte fácil de tener un hijo fue hace seis meses pero el haber encontrado tantos sitios realmente interesantes sobre un tema menos típico me ha hecho pensar en la futilidad de discutir sobre si los blogs reemplazan a los medios tradicionales cuando me ha parecido perfectamente obvio que los complementan.

NOTA: Esta entrada llevaba al menos una semana macerándose y probablemente no la hubiera sacado si no fuera por ciertos eventos personales y porque salió otra tremendamente similar en el dashboard de WordPress.

Tras una invitación a evaluar un rediseño de una web resurgió, hace unos días, la eterna discusión sobre publicidad en web. Un tema que ha sido tratado hasta la saciedad pero me parece que de vez en cuando conviene refrescarlo, ya que sus matices se pierden con el tiempo.

Ojalá el mundo fuera blanco y negro, y realmente se dividiera entre los malos que ponen publicidad y los buenos que no. Ojalá los hosting se pagaran sólos o, al menos, todos tuvieramos para pagar el nuestro.

En el mundo real las cosas cuestan dinero y es famosa la situación donde por volverte popular de repente ya no puedes costearte a tí mismo.

Si puedes pagarte los costes sin ayuda de nadie entonces perfecto, no tienes ningún problema y la decisión de no poner publicidad es fácil. Si no puedes entonces las opciones que tienes son pocas, y todas son polémicas.

Sin intentar entrar en inútiles discusiones filosóficas de si la publicidad es correcta asumiremos que estás considerando hacerlo, como una de tus alternativas. Si es así es importante entender que existen formas inteligentes de introducir publicidad en un sitio web sin alienar a los visitantes regulares.

A todo esto, esta entrada trata solamente de publicidad sindicada. No publicidad tradicional con un proveedor que paga por un espacio fijo (al estilo de los periódicos y revistas) sino sobre banners y referencias.

El principal problema con la publicidad es su factor alienante. Su inclusión invariablemente abarata cualquier diseño y contenido y molesta a los interesados por el contenido. Así pues sale, de forma natural, la primera y más importante regla de la publicidad web:

No le pongas publicidad a tus visitantes frecuentes.

Esto es una cuestión de respeto. Tus visitantes regulares no van a tu sitio a ver tu publicidad y seguramente no les interesa.

Aún así sigue siendo vago porque hay más matices que pueden aplicarse. La mayoría de los que han investigado esto con alguna seriedad comentan los mismos consejos:

Activa la publicidad para entradas antiguas.: En páginas y entradas que tengan más de un mes puedes tranquilamente poner publicidad. Sólo la verá gente que llegue por casualidad o por estar buscando un contenido específico y pueden perdonarla.

En la medida de lo posible, mantén tu página principal libre de publicidad: Con frecuencia esta será la primera impresión que alguien se lleve de tu página. Sitios que te enlacen sin especificar un post lo harán aquí y es, a final de cuentas, tu cara al mundo. Tu página principal al mismo tiempo es la primera imagen que das y el lugar más genérico de tu sitio, ninguna publicidad se adecuaría de todas formas.

Ofrece un incentivo para que no aparezca la publi: Una excelente idea es lo que comenta Donncha: Una nota justo antes de los comentarios que diga sin rodeos: «¿No te gusta ver la publicidad? Regálanos un comentario y desaparecerá». La ventaja de hacer algo así es que fomentas la participación.

Minimiza la publicidad que sí pongas: Hay mucha publicidad que no tiene sentido por irrelevante (helium.com) o por ser universalmente odiada (snap.com). Intenta enfocarte en la publicidad que te da una entrada y que se toma en serio a sí misma. Google siempre es una buena opción en este aspecto.

Considera remuneraciones alternativas: Dependiendo de tu contenido y enfoque es posible que puedas aprovecharte de «referrals». Comisiones que tiendas en línea como Amazon o servicios de Internet (hosting, dominios, etc.) dan por redireccionar posibles clientes. Es importante siempre, eso sí, dejar claro que recibes comisiones por estas redirecciones.

Si vas a poner publicidad, que valga la pena: Si tienes un blog de cine poco importa un anuncio de tóner. Intenta tener publicidad relevante, especialmente la dirigida a los visitantes que vengan de motores de búsqueda. Si tienes un sitio con entradas serias no pongas publicidad de porno o ligoteo. Recuerda que tu publicidad habla tanto de tí como lo que escribes.

Algo interesante en los blogs es que no son tus usuarios asiduos y regulares los que te dan de comer (la mayoría de tus usuarios regulares no ven tu publicidad o la bloquean directamente desde el navegador) sino la famosa «larga cola» que la fama que te dan esos usuarios provoca como efecto secundario.

EDITADO: Donncha me ha contestado a una duda, donde le pregunto por qué considera que a las hordas de los sitios sociales (Digg, Fresqui, Enchílame, Menéame) no se les debería mostrar publicidad. Mi opinión era que considerando que el 99% llega, apenas mira y se vuelve a ir (a veces sólo dejando un comentario soez o sin relación) bien podrías meterles más publicidad pero su argumento es mucho más válido: «Ese 1% que puede que te enlace bien vale no poner publicidad a ninguno». Dado que la idea es no alienar visitantes es un punto perfectamente válido.

Para resumir, toma en cuenta estas sugerencias al momento de considerar la publicidad en tu blog:

  • Cuida a tus visitantes habituales. Nada de publicidad, especialmente en RSS.
  • Selecciona tu publicidad para que sea efectiva por ser adecuada.
  • Aprovecha la «larga cola» de visitantes ocasionales. Ponles publicidad relevante.
  • Busca modelos de publicidad alternativos (amazon, hosting, referrals)

Hay muchas más ideas pero muchos otros las han tocado con mayor profundidad pero quería aprovechar y sacar esta entrada de la lista, ahora que ha dejado de ser relevante.