Dando vueltas por ahí me topo con un artículo llamado «¿Son los bebés más conscientes que los adultos?» y lo tengo que leer.
Bizarramente, por nuestra embazarosa condición actual, este ha sido un tema que ha salido frecuentemente. Nos fijamos más en los bebés de los demás (o yo, al menos, Itzel parece haber tenido siempre un beberadar que ahora sólo se ha acentuado) y en cómo se comportan.
Dice el artículo:
Los bebés están, entonces, más conscientes de lo que les rodea que los adultos presentando una química cerebral similar a la que tiene un adulto cuando presta atención, pero experimentándola constantemente. Los niños pequeños aprenden más rápido que nosotros y recogen mucho más conocimiento incidental («¿Conocimiento Ambiental?») a través de todos sus sentidos.
Gopnik sugiere que lo que los adultos llamamos «poner atención» es realmente el haber aprendido a controlar esa entrada de información constante y poder «encenderla» cuando la necesitamos y en el contexto que la requerimos.
Esto probablemente es obvio o lógico para los que ya han tenido hijos, pero a mí me parece fascinante. De forma tal vez subconsciente me había subscrito siempre al lugar común de que los niños son «contenedores vacíos» y por eso aprenden de todo (y las frases más inesperadas).
La idea de que todo es tan nuevo que no tienen una referencia para protegerse mentalmente me hace sentirme triste por haber perdido esa «deficiencia». El que no conozcan lo suficiente lo que les rodea como para poder descartarlo sin pensar por «ser normal».
¿Recuerdas tu la primera vez que probaste un chocolate?
¿Recuerdas la primera vez que viste llover?
¿Recuerdas la primera vez que cruzaste una calle sinque te llevaran de la mano?
¿Recuerdas cuando absolutamente todo lo que experimentabas, con todos tus sentidos, lo experimentabas por primera vez?
People could not normally see him – he occupied a blind spot in their senses, which they filled in somewhere inside their heads with something they preferred to encounter.
There had been one bad moment, though. He’d heard a small voice say: «That man’s a skelington,» and had turned to see a small child in a nightdress watching him over the top of the bar, without terror but with a sort of fascinated horror.
La muerte se encuentra con un niño que no tiene los sofisticados filtros mentales de los adultos, que les impiden ver lo que realmente está ahí. Terry Pratchett – Reaper man (el segador)
EDIT: Un comentario de los comentarios (!) me pareció interesante: Los bebés muy pequeños probablemente no tienen esta especie de monólogo interno que los adultos tenemos ya que sus centros del lenguaje no están desarrollados aún. Eso crea la pregunta de, cuándo un bebé piensa… ¿qué representación tienen esos pensamientos? ¿Secuencias de experiencias cubriendo todo el espectro de sentidos? ¿Perdemos también eso cuando aprendemos a poner palabras asociadas a conceptos y cosas?