Andy Budd propone hoy que, dado que las especificaciones de CSS3 no están llegando a ningún sitio, la W3C debería considerar liberar una versión intermedia (la 2.2 del título) incluyendo aquellas partes del CSS3 que ya han sido adoptadas por los navegadores de moda.
La propuesta es interesante, y viene a colación de los recientes anuncios de Adobe con su Apollo, Microsoft con su Silverlight, SUN con su alternativa a AJAX y Flash (ahora de Adobe) desde hace años (aah, los recuerdos. Cuando Flash se llamaba SmartSketch y pretendía ser una herramienta para hacer logos y luego, cuando se renombró FutureSplash y empezó a incluir animación).
La web, después de pasar una joroba, vuelve a ser interesante (Web 2.0 no deja de ser un término de moda que, aunque sin significado real, representa una tendencia real donde la web vuelve a llamar la atención) y el estancamiento de la forma de trabajar de la W3C no está ayudando.
A finales de los noventa aún había furor en la web. Las batallas de navegadores forzaban la rápida adopción de estándares. Casi inmediatamente de la explosión de la web en el 94 surgió la primera propuesta de estilos en cascada, que se volvió CSS1 en el 96. CSS2 se volvió oficial año y medio después, en el 98. En 1999 se hicieron los primeros borradores de CSS3 y en Junio se habían publicado 3 de los módulos.
Desde entonces muchas cosas sucedieron. Por un lado Microsoft adoptó los borradores de CSS2 que cambiaron antes de la especificación final, lo que les ganó (junto con una adopción de JavaScript propietaria) la fama de la que aún gozan actualmente (y a partir de la cual decidieron no andarse con rodeos e intentar, repetidamente, rediseñar la web a partir de sus necesidades y tecnologías). Por otro lado Flash empezó a volverse popular, en una época en la que lo más que podía pedírsele a una página era que tuviera unas tablas y un fondo parpadeante Flash permitía hacer animaciones, sonidos y atractivo (provocando uno de los primeros cismas de internet que aún perdura en la actualidad).
Durante años las cosas funcionaban lo suficientemente bien y nadie removió mucho el barro, no fueran a volver a salir los fantasmas de antaño. Pero hoy en día estamos en el límite de otra revolución. Una tecnología de Microsoft inventada para poder ver mails de Outlook por web de repente se vuelve uno de los pilares de la nueva oleada de aplicaciones Web. Aunada a una generación entera de webmasters para los que Javascript no tenía ya secretos (¿pensaría que sucedería esto el equipo de Netscape cuando lo implementó de último momento para diferenciarse de Microsoft y decidió renombrarlo de LiveScript a JavaScript para intentar capturar algo de la fama el entonces nuevo Java y ganarle a VBScript?) y sabiendo como sacarle todo el jugo posible al CSS existente (y a algunos módulos de CSS3 furtivamente implementados) surge AJAX (que no deja de ser un nombre nuevo y atractivo para un conjunto de tecnologías casi tan viejas como la web misma).
Ahora, otra vez, la Web es noticias. Incluso en ofertas de empleo se pide «conocimientos de Web2.0» o «Conocimientos de Ajax» (no comentaremos sobre cuán enterados están los departamentos de recursos humanos, dignos de Dilbert). Microsoft, Adobe y Sun han visto esto y los tres están apostando por ser los que definan la nueva generación de páginas web. Han visto un severo estancamiento donde tenemos tres estándares que no terminan de ver la luz. CSS, HTML y Javascript están en el limbo y la gente pide novedades.
Es el momento de ponerse las pilas. Por el momento JavaScript 1.7 está en el tintero pero afortunadamente no está limitando los desarrollos. La nueva versión de HTML (la 5 ya) aunque se ha estancado parece que está recibiendo una patada en los huevos del grupo de WHATWG (que si tenemos suerte serán los que definan el próximo estándar, considerando como se les cae la pelota a la W3C con HTML). Finalmente tenemos CSS2.1 funcionando ahora y los navegadores implementando partes de CSS3 porque no pueden esperar más (algunos desde hace años).
CSS3 puede que esté fuera de lo que la W3 puede hacer considerando su estructura actual pero lo que SI puede hacer es agarrar lo que ya está definido e implementado y lanzar un estándar intermedio: CSS2.2. Darle a los desarrolladores algo con lo que jugar y herramientas para poder luchar contra los nuevos intentos de tomar la web por parte de las corporaciones. Apenas estamos recuperándonos del ataque de ActiveX y VBScript. Ya casi logramos que «Optimizado para IE» esté mal visto universalmente. El mundo se distraerá si vuelven a salir cositas brillantes y de nuevo se detendrá la innovación por otros cinco años. Ya empiezan a verse los comentarios (#1, #2, #3) y muchos de los desarrolladores actuales no vivieron el horrible estado de la Web a principios de siglo.
Así pues, tal vez es el momento justo para CSS2.2, si no podemos tener CSS3.
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