Esta semana, como parte de la semana temática «Bricoplomo», me la he pasado armando muebles en la casa. Supongo que alguien ya lo habrá comentado pero hay varias constantes al comprar muebles para armar que se te van grabando en la cabeza. Estos (después del salto) son para mà los tÃpicos momentos que te quedan después de armar una buena docenita.
Parecen una buena idea y cuando se ven por primera vez hasta caen bien en su simple utilidad. Pero después de un centenar de tornillos (hay que aclarar que, en su mayorÃa, los tornillos de estos muebles son de los que, a fuerza bruta, tienen que abrirse paso por el aglomerado de madera) ya tienes los dedos hinchados y pulsantemente adoloridos. Es ahà cuando decidimos salir a comprar una llave Allen decente y tirar estas basuras y reconocemos el valor intrÃnseco de un destornillador eléctrico. |
|
Se supone que no deberÃa pasar. Los equipos altamente técnicos y especializados que trabajan donde se hacen las partes de estos muebles (en este caso cortesÃa de, por lo visto, Bosnia-Herzegovina, La República Popular China y HungrÃa) tienen un control milimétrico que implica que nunca sobrará una pieza después de haber armado un mueble correctamente. Asà pues cuando sobran (y siempre sobran), ¿qué pensamos? ¿Qué alguna parte sencilla pero indispensable de nuestro mueble no tiene una pieza vital y en el momento menos pensado se vendrá abajo cual castillo de cartas? ¿DeberÃamos agradecer porque cada vez que nos sobra una pieza alguien está cagándose en Ingvar por faltarle partes a su «kit»? |
|
No falla. Tenemos todo el cuidado del mundo y de repente nos damos cuenta de que pasa una de dos cosas:
|
|
Es una de las mas repetidas ventajas de Ikea: «Usamos cajas planas para facilitarte el transporte y darte mejores precios«. Pues sÃ, muy bien y muy bonito. Pero luego esas cajas hay que tirarlas. Imposibles de recoger fácilmente, un desastre de doblar adecuadamente y una fuente inagotable de cortes en las manos, brazos y piernas. Cuando los vecinos escuchan el hueco pero estentóreo golpear de cartón en el ascensor ya saben que «los mexicanitos» han comprado más muebles. |
|
En las tiendas de Ikea tienen una pequeña agenda telefónica disponible pegada a la pared. Tiene números de sitios de taxis, transportes, decoradores y herramientas para el ciudadano que considera que armar muebles no deberÃa requerir conocimientos ni esfuerzos. Algo que les falta es el teléfono de un buen masajista y un aún mejor ortopedista para poder ayudar con el inevitable ataque de ciática, dolor de rodilla y cadera que sobrevienen después de una intensa tarde armando muebles tirado en el suelo, contorsionándote para alcanzar ese último tornillo 112996 o utilizando cuchillos e imanes en una hendidura para tratar de separar ese clavito que se te fue de lado. |
|
Estos dos son un par especial. Están en todos los muebles y tienen la pinta de ser el resultado de un grupo de investigación pensando «Cómo podemos rediseñar la tuerca y el tornillo de toda la vida para que hasta el mayor imbécil pueda manejarlos y aún asà se sienta idiota al hacerlo«. Como tal no es que tengan nada de malo. Son funcionales. Pero su pinta de tornillo mutante y tuerca del infierno con púas pueden tirarle los ánimos hasta al mas emocionado bricolero primerizo. Un tornillo que no lo es del todo. Una tuerca que no va en la parte con rosca del tornillo y que sólo da un cuarto de vuelta. Y que al apretarlo todo el mueble visiblemente se aprieta (¡cuidado con los dedos!) y cruje. Un mal necesario. |
|
No falla. Todo instructivo de Ikea tiene a ente ectomorfo remedo de persona que, manual en mano y con las piezas enfrente, es incapaz de saber que hacer. A lo mejor es ya quejarme de cualquier cosa, pero este señordón, con su cabeza calva sin frente y su boca fracturada; con sus garras en vez de manos y ojos pequeños de psicópata; con sus pies rectangulares y enfrente de algo que consta de solo dos piezas que aún asà le desconciertan, sosteniendo el que debe ser el instructivo más simple que hay (¿!un trÃptico!? !Para armar una estanterÃa yo tengo uno de 8 páginas!) me parece una falta de respeto por implicación y asociación al que tiene que seguir ese manual y que desde el principio, cual libro «for dummies», le estás asociando con algo que anatómicamente está apenas por encima de un Barbapapá. SerÃa capaz de iniciar un boicot solo para hacerlo desaparecer. |
1 comment