Parece que corren tiempos interesantes. En tres semanas hemos tenido a OSX corriendo en PC-Compatibles, a Windows XP corriendo en Macs, a Microsoft diciendo que retrasaría Windows Vista (de nuevo), a AlienWare siendo comprado por Dell y Apple Computer ha sido nombrada la compañía con mejor desempeño en 2005. Además tenemos el 30 aniversario de Apple, como quien dice, a la vuelta de la esquina.
En cuanto a correr XP en Macs no se, siento que hemos logrado hacer funcionar un sistema operativo superior en un hardware inferior. ¡Bravo! ¿Qué sigue? ¿Modificar un Bentley para que funcione como un Logan? Aunque respeto a los que lo han hecho y asumo que no ha sido tarea fácil no puedo dejar de pensar que hay cosas, incluso relacionadas, que tendrian más salida (personalmente hubiera preferido que se pudiera correr en un sandbox dentro del OSX mismo, que tiene mucho mas caché y no hace tener que sacrificar uno por otro).
Lo que no me deja de traer sonrisas a la cara es el gran humor divino que tiene que actualmente el portátil que más rápido puede correr Windows XP sea, precisamente, un MacBook Pro. Sin drivers gráficos optimizados además.

Pues ya están casi todos los muebles puestos. Tiene su mérito armar todo un salón en una semana pero definitivamente alguien deberia demandar a Ikea por las malditas llaves en forma de «Z». Son una maldición gitana.

Cada vez queda menos para que estemos a gusto en el piso. Después de un año se nos abrió la mente al considerar «descontinuar» la mitad del salón y usarlo de «trastero no-oficial». El problema es que los sofás apilados uno encima de otro estorban más de lo que pensábamos, así que tendremos que inventarnos algo para dividir espacios.

Dedos magullados. Rodillas raspadas. La espalda hecha una pena. Es increíble que incomodidades podemos llegar a pasar para estar cómodos.

Esta semana, como parte de la semana temática «Bricoplomo», me la he pasado armando muebles en la casa. Supongo que alguien ya lo habrá comentado pero hay varias constantes al comprar muebles para armar que se te van grabando en la cabeza. Estos (después del salto) son para mí los típicos momentos que te quedan después de armar una buena docenita.

  • Las recondenadas llaves «Zeta»:

Parecen una buena idea y cuando se ven por primera vez hasta caen bien en su simple utilidad. Pero después de un centenar de tornillos (hay que aclarar que, en su mayoría, los tornillos de estos muebles son de los que, a fuerza bruta, tienen que abrirse paso por el aglomerado de madera) ya tienes los dedos hinchados y pulsantemente adoloridos. Es ahí cuando decidimos salir a comprar una llave Allen decente y tirar estas basuras y reconocemos el valor intrínseco de un destornillador eléctrico.

  • Las piececitas que sobran:

Se supone que no debería pasar. Los equipos altamente técnicos y especializados que trabajan donde se hacen las partes de estos muebles (en este caso cortesía de, por lo visto, Bosnia-Herzegovina, La República Popular China y Hungría) tienen un control milimétrico que implica que nunca sobrará una pieza después de haber armado un mueble correctamente. Así pues cuando sobran (y siempre sobran), ¿qué pensamos? ¿Qué alguna parte sencilla pero indispensable de nuestro mueble no tiene una pieza vital y en el momento menos pensado se vendrá abajo cual castillo de cartas? ¿Deberíamos agradecer porque cada vez que nos sobra una pieza alguien está cagándose en Ingvar por faltarle partes a su «kit»?

  • Las alineaciones (de piezas y tornillos):

No falla. Tenemos todo el cuidado del mundo y de repente nos damos cuenta de que pasa una de dos cosas:

  1. Hemos alineado mal una pieza. Esa está ahora enganchada a otras veintitrés. Nada cuadra desde hace quince minutos y por fin descubrimos qué es: Habíamos dudado hace cuatro páginas y si, esa barra se tenía que haber atornillado en la segunda y no la tercera marca. No era un efecto de la perspectiva.
  2. El tornillo más vital del conjunto, el que sostiene las partes móviles y que por lo tanto requiere ser el más fijo del mueble para poder aguantar las torsiones ha entrado de lado. No nos damos cuenta y dos vueltas después tenemos una montañita de aserrín por un lado, un tornillo a 45º de lo que debería estar y nuestra cabeza dando vueltas pensando de que podemos rellenar el agujero (pegamento con arena no sirve, comprobado) para intentarlo de nuevo, con MUCHO más cuidado.
  • Las malditas cajas:

Es una de las mas repetidas ventajas de Ikea: «Usamos cajas planas para facilitarte el transporte y darte mejores precios«.

Pues sí, muy bien y muy bonito. Pero luego esas cajas hay que tirarlas. Imposibles de recoger fácilmente, un desastre de doblar adecuadamente y una fuente inagotable de cortes en las manos, brazos y piernas. Cuando los vecinos escuchan el hueco pero estentóreo golpear de cartón en el ascensor ya saben que «los mexicanitos» han comprado más muebles.

  • Las «Posturitas»:

En las tiendas de Ikea tienen una pequeña agenda telefónica disponible pegada a la pared. Tiene números de sitios de taxis, transportes, decoradores y herramientas para el ciudadano que considera que armar muebles no debería requerir conocimientos ni esfuerzos. Algo que les falta es el teléfono de un buen masajista y un aún mejor ortopedista para poder ayudar con el inevitable ataque de ciática, dolor de rodilla y cadera que sobrevienen después de una intensa tarde armando muebles tirado en el suelo, contorsionándote para alcanzar ese último tornillo 112996 o utilizando cuchillos e imanes en una hendidura para tratar de separar ese clavito que se te fue de lado.

Tengo una relación amor-odio con estos.
  • Los tornillos 112996 y sus hermanos los 110630 y 112399:

Estos dos son un par especial. Están en todos los muebles y tienen la pinta de ser el resultado de un grupo de investigación pensando «Cómo podemos rediseñar la tuerca y el tornillo de toda la vida para que hasta el mayor imbécil pueda manejarlos y aún así se sienta idiota al hacerlo«.

Como tal no es que tengan nada de malo. Son funcionales. Pero su pinta de tornillo mutante y tuerca del infierno con púas pueden tirarle los ánimos hasta al mas emocionado bricolero primerizo. Un tornillo que no lo es del todo. Una tuerca que no va en la parte con rosca del tornillo y que sólo da un cuarto de vuelta. Y que al apretarlo todo el mueble visiblemente se aprieta (¡cuidado con los dedos!) y cruje. Un mal necesario.

Este pedazo de imbécil me insulta indirectamente cada vez que sale.
  • El imbécil despistado del principio:

No falla. Todo instructivo de Ikea tiene a ente ectomorfo remedo de persona que, manual en mano y con las piezas enfrente, es incapaz de saber que hacer.

A lo mejor es ya quejarme de cualquier cosa, pero este señordón, con su cabeza calva sin frente y su boca fracturada; con sus garras en vez de manos y ojos pequeños de psicópata; con sus pies rectangulares y enfrente de algo que consta de solo dos piezas que aún así le desconciertan, sosteniendo el que debe ser el instructivo más simple que hay (¿!un tríptico!? !Para armar una estantería yo tengo uno de 8 páginas!) me parece una falta de respeto por implicación y asociación al que tiene que seguir ese manual y que desde el principio, cual libro «for dummies», le estás asociando con algo que anatómicamente está apenas por encima de un Barbapapá. Sería capaz de iniciar un boicot solo para hacerlo desaparecer.

EgoSurf es un sitio que analiza nuestro nombre y sitio web y da una evaluación de nuestra presencia en Internet. Hoy lo probé con «Eduo» y «www.eduo.info» y considerando que es poco común obtener mas de 2 mil puntos yo he sacado esto:

egosurf

Me siento importante y todo. Me pregunto si me pongo a escribir de mi mismo en tercera persona, que últimamente está de moda, podria aumentar la calificación significativamente:

  • «Eduo piensa que los Macintosh están muy bien.»
  • «Eduo piensa que el doblaje de películas es una aberración ante los ojos de [inserte deidad de preferencia].»
  • «Eduo piensa que debería algún día cambiar de tema.»

DSCF0535.JPG¡Ya ha llegado! Finalmente el nuevo iMac ha llegado. El mismo día que el escritorio lo hizo y, después de dos horas armándolo y otras dos horas transfiriendo el contenido del powerbook ya lo tenemos funcional, en toda su gloria Intelera.

Iba a transferir la web y los puertos pero no, resulta que no hay MySQL para Intel, no hay Firefox para Intel y no hay el cliente de No-IP para Intel . Podria usar las versiones emuladas pero realmente no me parece una buena idea.

Así pues, a esperar.

Pero aún así estamos contentos. Muy contentos. Ahora el sábado tocará armar media docena de muebles de Ikea.

EDICIÓN: Si que hay MySQL para Intel! Uno menos!

Hoy nos hemos llevado una agradable sorpresa. Caminando por Ortega y Gasset después de comprar una mesa de ordenador (finalmente) nos hemos topado con varias tiendas que nos han gustado mucho: Una frutería fabulosa y una tienda de cosas para la casa llamada Ven-Ven. La joya de la tarde, sin embargo, fue Tandoori Station.

Tandoori Station (que no tiene página web, hasta donde puedo ver) es un pequeño y nuevo restaurante Indio decorado con un estilo que imita la estación de trenes de Mumbai (o Bombay, si preferís) a principios del siglo pasado. Las mesas de madera cruda, las fotos de los trenes y la estación misma, los relojes victorianos en las paredes y los cazos de curry hechos de metal abollado le dan un ambiente especial a un pequeño restaurante que, además, tiene un menú variado y delicioso, lleno de colores y en raciones personales que invitan a compartir. Nosotros pedimos pollo y cordero Tikka Massala con un Byriani para acompañar y Naan con mantequilla, acompañado de cerveza india. De no haber quedado llenos habríamos pedido más, ya que pasarón Vindaloos y Tandoris que se veían deliciosos. La dirección es Calle de José Ortega y Gasset, 89 (914.012.228) en Madrid.
El restaurante lo atiende Nadeem (en un español impecable) y los precios son perfectamente accesibles para un restaurante internacional (especialmente considerando que los buenos restaurantes indios suelen ser bastante más caros).

El Típico de Martin DirectoCon la nueva noticia de que un iMac llegaría a casa he tenido que considerar, de nuevo, el comprar una mesa para el ordenador.

Desde hace ya algunos años mi ordenador primario ha sido un portátil, por lo que una mesa donde ubicarlo ha caído siempre en la categoría de «Lo veré luego». Este ya no puede ser el caso. No sólo existe un ultimátum en casa de que «Sin mesa no se abre la caja» (lo que me da unas tres semanas para encontrar una) sino que además la distribución de la casa y mis muy particulares gustos no me ayudan.

messLa mesa de ordenador es un apartado de la informática que parece no haberse movido mucho con la tecnología y la única concesión a la modernidad que parece haber adquirido en las últimas dos décadas es un espacio para el ratón.

Tratando de atacar el problema hice lo que cualquier otro hubiera hecho: Preguntar a la gente y buscar por ahí. La pregunta ha sido «¿Qué escritorios conoces o has visto por ahí para ordenador que sea compacto y de diseño diferente y original? Necesito ideas.»

Los resultados han sido más bien… pobres.
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iMacAprovechando una promoción de El Corte Inglés que duró solo un par de días y una extraña bajada de guardia por parte de mi media naranja puedo comunicar que un nuevo y reluciente iMac 2.0GHz Core Duo 20″ viene de camino a casa para unirse a la familia.

¿Estamos contentos? MUCHO.

ACTUALIZACIÓN: La fecha estimada de Spore ha sido definida, casi dos años después de esta entrada: 7 de septiembre de 2008. En otras noticias, en alguna actualización he roto los enlaces a las imágenes de este post y probablemente de los que están a su alrededor. Probablemente cuando moví la galería a gallery.eduo.info y se rompieron los url rewrites.

En la Game Developers Conference 2005 de San Francisco Will Wright ha hecho una demostración de su nuevo juego, Spore, y ha decidido atacar el mayor problema de los juegos de 3D modernos: La cantidad increíble de trabajo que requiere en diseñadores, animadores y músicos el crear los cientos de texturas, figuras, movimientos y sonidos (sólo para Los Sims se crearon 22.000 animaciones diferentes).

Los juegos modernos cada vez requieren más información. La capacidad de los equipos es cada vez mayor y los jugadores exigen más detalle y más variedad. Gráficos en 3D, sonido ambiental, múltiples texturas, variedad y control. Es común que los juegos se distribuyan en CDs e incluso DVDs. Los costes suben y los juegos dejan de ser rentables.

Will ha decidido tomar otro camino. Tomando algunas ideas de la demoscene y re-visitar una técnica poco usada en los juegos actualmente: La automatización procedural. Utilizando fórmulas matemáticas y algoritmos para generar lo que serían cientos de ficheros diferentes (similar a la música MIDI, a los gráficos de vectores o una secuencia de acciones en Photoshop).

Después del salto, algo más de lo que va este juego y cómo es posible crear uno de los juegos modernos más ambiciosos de la historia y que, al mismo tiempo, pueda ser uno de los que menos ocupen en disco…

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Adiós a CIAT, a toda su gente tan valiosa, mis amigos, mis compañeros.

El día de hoy dejo CIAT y emprendo una nueva aventura. Me emociona y a la vez me invade un sentimiento de tristeza y nostalgia. Vienen a mi memoria muchas cosas que viví junto a ustedes durante estos seis años y medio que han transcurrido desde el inicio de CIAT.

Recuerdos como todo el trabajo que requirió poner a punto las instalaciones antes de septiembre de 1999 para que pudiéramos iniciar las operaciones de CIAT; El cambio de alfombra del Tec 100 y su «corral» sauna; El infame papel de baño de 600 mil dólares; La velada del 31 de diciembre de 1999 en espera del bug Y2K para salir y darnos cuenta que lo que no funcionaba era el carro en (sic) víspera del siglo XXI ; El primer día de campo en Polotitlán; El cambio de edificio el 21 de marzo del 2000; La configuración de los correos; Los cambios internos de lugar; ese triste día del Camelinas; los cambios de servidores; las tormentas de virus de «desconecten sus computadoras de la red».

Me dio gran satisfacción ser parte de la familia de CIAT, los extrañaré y les deseo lo mejor.

Su amigo Neto.