The will to blog is a complicated thing, somewhere between inspiration and compulsion. It can feel almost like a biological impulse. You see something, or an idea occurs to you, and you have to share it with the Internet as soon as possible. What I didn’t realize was that those ideas and that urgency — and the sense of self-importance that made me think anyone would be interested in hearing what went on in my head — could just disappear ((La voluntad de escribir en un blog es algo complicado, a medias entre inspiración y compulsión. A veces se siente como un impulso biológico. Ves algo, o una idea se te ocurre, y tienes que compartirla en Internet inmediatamente. Lo que nunca había pensado es que esas ideas y esa urgencia — y la sensación de importancia que me hacía pensar que alguien podría estar interesado en lo que me pasaba por la cabeza — podían, simplemente, desaparecer.)).
Emily Gould – Exposed – NYTimes.com
Aunque no en un extremo tan grande como el de Emily me está sucediendo algo similar. En mi caso ese impulso no ha desaparecido pero ha sido casi completamente reemplazado por otros medios. Tal vez sea la sensación de retroalimentación inmediata de Twitter o la de compartición casi-anónima de Google Reader ((Donde lo más que metes es una notita, de vez en cuando, en lo que compartes.)) pero para alguien que usaba su blog principalmente para transmitir lo que había encontrado por ahí el ritmo de escritura se ha cortado totalmente.
He perdido la voluntad de escribir en el blog (pero no de compartir, lo cual es el centro de todo esto: He encontrado formas más eficientes de hacerlo que el blog).
Las opciones son pocas. Compartir TAMBIÉN por aquí o empezar a hacerlo sólo de opinión y contenido original (una idea que ya había empezado a aplicar últimamente). El problema estriba en que el RITMO ya no está ahí.
Suscribo lo dicho por Emily Gould, yo he pasado en el último año por una de estas «crisis» de intención como podríamos llamarlas, pero que en realidad esconde una grave falta de «inspiración», al menos por mi parte. Considero que no se puede escribir en un weblog por el mero hecho de escribir, tienes que aportar algo y si notas que no lo estas haciendo o que simplemente no llegas a ese estado de «iluminación creativa», mejor no debes hacerlo, de hecho me encuentro en esta situación ahora mismo, en parte.
En tu caso vas más allá porque has encontrado una forma de saciar tu ansia de compartir información, que es lo que movía tu weblog, de forma más o menos satisfactoria (quien no te lea en Twitter o no te tenga entre sus contactos de Google Reader no podrá acceder a tus «recomendaciones») y darle un cambio hacia el terreno personal y de opinión al mismo creo que puede ser una inyección de interés por el mismo, la importancia del ritmo de publicación entonces pasará a un segundo plano y podrás dedicarte a lo que realmente te gusta sin esa sensación de abandonar una de las partes, opino.
Bah. Desde que uso Twitter, Flickr y otras chorraicas, el blog lo actualizo mucho menos. Es un efecto normal.
Algernon: Si va a ser eso. Cada vez hay más cosas especializadas en algunas de las cosas para las que usamos el blog.
En su momento el blog no logró reemplazar los enlaces que enviaba a amigos por mensajería instantánea, pero Twitter si pudo. El Blog si que reemplazó las páginas sueltas que escribía y mucho de lo que hacía en IRC.
Aún así, es algo a lo que le has puesto tanto cariño y empeño que duele mucho ver que le dejas crecer hierbajos y no limpias el moho que le crece.
mmoroca:
Totalmente subscrito a lo que dices. No se puede escribir por escribir. Algunos han sido benditos con un ansia constante de escribir, otros lo tenemos de compartir.
A veces esto se compagina y un blog es el sitio perfecto pero es muy susceptible a ser reemplazado por herramientas más adecuadas.
En su momento probe del.icio.us, me pareció interesante pero no me servía. Luego probé Digg pero sucedía lo mismo. Durante mucho tiempo el blog me aseguraba que compartía las cosas con gente que al menos conocía de algo (que es con quien realmente me gusta compartir).
Ojalá pueda encontrar ese término medio que implicas. Me gustaría mucho.
Si se mantiene un blog como un ejercicio de onanismo intelectual público, no cabe duda de que está siendo reemplazado por otros formatos que dan igual placer pero en dosis más pequeñas y efectivas.
Yo hace tiempo que dejé de escribir un blog personal por todo lo ya dicho. No tenía probablemente nada que decir de mi, ni seguro a nadie interesado en mi opinión, por lo que no actualizaba el blog y lo dejé abandonado a su suerte.
Ahora el que tengo es de fotografía, donde si veo que puedo tener algo que decir y alguno que otro con interés en ver lo que digo.
En cuanto a compartir, está claro que los nuevos medios dan la rapidez suficiente de compartirlo, y la comodidad de recibirlo
Te entiendo perfectamente porque pasé por la misma etapa, paradójicamente, justo antes de Twitter.
Cuando empecé con el blog sentía esas ansias por compartir de las que se habla aquí. No tenía ni un amigo en internet (miento, pero ninguno que me leyera en español) y aún así quería mostrar lo que encontraba, lo que me parecía curioso o interesante. En ese camino de descubrimientos que vas haciendo, en determinado punto sentí que no quería tener un blog de enlaces o copypaste, que si no aportaba algo no tenía sentido.
El blog estuvo muy abandonado, hasta que empecé a tuitear, y entonces volví naturalmente a él, porque sí sentí que tenía ahí un espacio propio, una casa a donde mis amigos podían venir a encontrarme cuando quisieran. En ese espacio también podía explayarme, contar mis análisis, ordenar todo eso que iba dejando de forma desordenada por el resto del espacio digital.
A mí no sé si me gusta escribir o no, pero tengo que sacarme esta necesidad casi diariamente, no puedo con ella. Escribir me alivia, me relaja, me pone en paz con el mundo. No es sólo comunicar, porque como sabes, hablo mucho, pero también es ordenarme. Escribir me hace precisa, me obliga a fundamentar mis pensamientos y mis impulsos.
El uso de twitter me ha regalado tantas cosas… entre ellas el haber abierto mi círculo social virtual a mucha gente, y allí es cuando toma mucho sentido esto de compartir, porque ahora los conozco, conozco a mis lectores y sé o supongo que lo que estoy compartiendo les sirve. GReader me quita esa parte de enlaces que quiero compartir pero sobre los que no tengo nada que aportar o no tengo tiempo de escribir, también lo uso como un reminder para encontrar enlaces más tarde.
En algún momento me cuestioné bastante sobre twitter, si quería usarlo como un difusor de enlaces, como promoción de proyectos a los que pertenecía (Twittdays, por ejemplo) o como chat personal y público, y me pareció muy claro que tenía que seguir siendo de la última manera. Así es como me siento cómoda usándolo, esta soy yo y no soy una marca. El que quiera info de otras cosas que lea los blogs que están destinados a eso, el que quiera ver enlaces que vaya a mi delicious y así.
Y twitter me genera tantas cosas que pensar (sin ir más lejos esto), tantos comportamientos que analizar, y han surgido tantos temas nuevos de los que se habla que no puedo quedarme sin organizar la información (externa e interna) e intentar ponerla en un sólo sitio.
Por eso es que desde twitter, he vuelto al blog, y no sólo he vuelto, sino que encuentro sentido en escribir. No sé si el blog está encontrando una línea temática o no, pero son los temas que me interesan y de los que quiero escribir.
Me vuelve a pasar que si tuviera tiempo escribiría cinco posts por día sobre cosas que pienso cuando estoy fuera del ordenador. Hacía mucho tiempo que no me pasaba.
Por las charlas que tenemos, echo mucho de menos que no escribas más en tu blog. Justamente porque creo que compartir está bien, pero una nota en el GReader, o un tweet, o incluso tus interminables discusiones via twitter no alcanzan muchas veces a dejar claros tus análisis sobre un tema. Y justamente los temas de los que te/nos gusta hablar admiten muchos matices, y por lo menos a mí, me encanta explorarlos todos.
Esto es lo que quería decirte hacía tiempo. Lo hemos hablado, seguramente. Pero incluso el chat no me ha dejado contarte todo esto, y nunca había podido compartirlo con el resto.
Por ejemplo, esto mismo es lo que estoy echando de menos en tu blog. Hazme feliz y vuelve.
Y eso aplica a…?
Eso aplica a todos, en momentos de crisis creativa. Cuando uno no tiene nada que decir que considere interesante, corre el riesgo de seguir reseñando o posteando cosas sin interés por el mero hecho de ver que sus visitas siguen ahí, y regodearse en ello. Es preferible guardar silencio.
Totalmente de acuerdo, banyú. Tal vez lo más difícil sea saber cuando no sólo no tienes nada que decir sino que lo que intentes decir sonará repetido, copiado o trillado.
Me siento en parte muy identificado por lo que cuentas aquí y en otros posts. Yo también tengo una manía muy grande de compartir y me pego todo el día pasando links por el messenger de la mitad de las cosas que leo.
Y desde que empecé a utilizar Buzz y GReader (también principalmente por la facilidad de compartir) dejé un poco de lado el blog.
Digo en parte porque no uso Twitter porque ese irracional e innecesario límite de 140 caracteres me incomoda.
Por eso, tras tanto tiempo rechazando Twitter, recibí con alegría Buzz y lo uso muy a menudo.
Saludos.
Hola estoy haciendo prueba de sus comentario